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Mta. Ana María Picó Cáceres

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Musicoterapeuta por el Máster de Musicoterapia del Instituto Superior de Estudios Psicológicos (ISEP) presencial en Madrid. Curso 2019-2022.

 

Graduada en Enfermería por la Escuela de Cruz Roja adscrita a la Universidad de Sevilla. Curso 2012-2016.

 

Estudios de Música académicamente desde el año 2006 hasta el año 2015. A partir de ahí, he ido explorando diferentes estilos de forma autodidacta, especialmente el folclore y el flamenco clásico. Toco el piano, la guitarra y el clarinete. He sido miembro de la Banda Municipal de Música de Lora del Río como clarinetista desde el año 2009 hasta el año 2017. Además, he sido componente del grupo de música LT Banda de Lora del Río como pianista y vocalista.

Mi historia con la musicoterapia....

Como amante de la música desde que empecé a tocar el piano con 10 años, siempre supe que ya nunca podría vivir sin ella. Cuando comencé a dedicarme a los cuidados profesionales como enfermera, supe que necesitaba unir mis dos pasiones.

Siempre he experimentado en mi propia persona el poder transformador de la música, siendo el motor de la expresión de mis emociones más profundas.

A través de la composición y la ejecución, conocí una parte de mi muy esencial para ser hoy quien soy. Por ello, siempre he querido explorar esa parte terapéutica que tiene la música.

Con mi entrada en el hospital pude experimentar cómo la música se convierte a veces en el mejor aliado y es por ello que, cuando dispuse del tiempo y la economía, me matriculé en el máster de musicoterapia. Aún recuerdo la felicidad que sentí.

 

Fue un punto de inflexión maravilloso en mi vida. Mis compañeros y compañeras de Musicoterapia pronto se convirtieron en una familia para mi y experimente varias catarsis que me reafirmaron en mi vocación.

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Formar parte de Musiadapta...

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Fue en la pandemia cuando la vida me hizo experimentar una sensación inolvidable y que me llevó a conocer a Gabriela, musicoterapeuta que después se convertiría en mi supervisora y guía. Trabajando en la clínica de Hemodiálisis, acostumbraba a llevarme el piano para amenizarles días claves como la Navidad o Semana Santa, tan importante en Sevilla. Son pacientes crónicos que conocía desde muchos años atrás y tocar allí era como tocar en casa.

Durante la pandemia de Covid-19 y aprovechando el Día Mundial de la Enfermería, trasladamos la música a la planta de nefrología del Hospital Virgen del Rocío y al Hospital Militar que por ese entonces albergaba los pacientes más críticos de Covid-19. Fue en este último hospital donde me di cuenta que para que la música adquiera ese poder terapéutico es necesario servirnos de esa segunda palabra que compone la que es ahora mi profesión: MúsicoTERAPIA.

Yo fui a amenizar y crear un ambiente musical, pero tras ello me fui a mi casa sin saber que efecto había causado en ellos. Ahí entendí por qué es tan necesaria la Musicoterapia en los hospitales y no quedarse en la superficie de poner música que, normalmente, no elige el paciente.

La musicoterapia permite ajustar, adecuar, nivelar, moldear la música a las características y necesidades de un paciente o varios (si es grupal) y tratar todas las emociones y validar los comportamientos que surgen de ello. Ellos además pueden ser partícipes de forma activa o pasiva. Es decir, es trabajar mediante ese conjunto de sonidos que estamos poniendo al servicio.

Tras esa lección de vida, me reafirmé en mis estudios y he querido siempre recalcar la diferencia entre hacer música (que tiene que ver más con el músico) y hacer musicoterapia (que tiene que ver más con el paciente).

Contar mi experiencia en el máster me llevó a conocer a Gabriela y a su grupo de musicoterapeutas de Musiadapta. Todos ahora velamos en la necesidad de implantar la musicoterapia allá donde las personas lo requieran. En su centro fue donde hice mis prácticas como musicoterapeuta, con niños con diversidad funcional en el año 2022. Tras mi paso por allí me hicieron sentir una más, encontrando otra familia donde desarrollarme y continuar aprendiendo.

Tras finalizar mis estudios de Máster, en diciembre de 2022 comencé a trabajar en el equipo de Musiadapta, primero con la asociación de SISU (Cuidados paliativos pediátricos) a domicilio y a continuación (y de forma paralela con lo anterior) con usuarios con diversidad funcional en el centro de Musiadapta. Una andadura en la que me siento feliz de ser y estar.

 

Utilizar la música como forma de llegar a la población es un regalo y una responsabilidad. Poder poner nuestros conocimientos al servicio de ellos y ellas, me parece una oportunidad.

 

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“ No se si hago música, o la música me hizo a mí”.

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